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Cómo se originó el escándalo en Diputados

A las 16 se fue a un cuarto intermedio. La reunión de Labor Parlamentaria en la que participan las autoridades de todos los bloques venía en buenos términos. Había varias soluciones a la vista para intentar achicar las diferencias entre oficialismo y oposición. Pero después del cuarto intermedio algo se rompió.

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Cómo se originó el escándalo en Diputados

La reunión de Labor Parlamentaria en la que participan las autoridades de todos los bloques venía en buenos términos, según relatan participantes de distintos bloques. Había varias soluciones a la vista para intentar achicar las diferencias entre oficialismo y oposición. Pero después del cuarto intermedio algo se rompió y no hubo acuerdo sobre cómo seguir con las sesiones virtuales.

  • El oficialismo, con el aval de otros bloques minoritarios, quería avanzar en la discusión de dos temas consensuados: la ley de turismo y modificaciones a la ley de pesca. El debate se haría de manera virtual.
  • Juntos por el Cambio cree que se están usando estas dos leyes para poder sentar un precedente y debatir, también de manera virtual, temas más conflictivos como la reforma judicial o el impuesto a las grandes fortunas. No querían extender el protocolo de «sesiones telemáticas» sin un acuerdo explícito para excluir esos temas.
  • Según decía el protocolo que se había aprobado en abril, se podía prorrogar por «consenso» de los bloques el funcionamiento remoto de Diputados. No quedaba claro si consenso era «unanimidad» o una amplia mayoría.
  • El oficialismo planteó extender las sesiones remotas por solo un mes. Sergio Massa, presidente de la Cámara, le aseguró a la oposición que se necesita entre un mes y medio, y dos para poder llevar al recinto la reforma judicial.
  • Juntos por el Cambio propuso renovar el protocolo sesión por sesión y tema por tema. O, como alternativa, prorrogar el mecanismo por un mes pero aclarando por escrito que no se debatirían de manera remota temas vinculados a la reforma judicial ni a temas previsionales.
  • El bloque de Lavagna también planteó algo similar, aunque solo excluyendo la reforma judicial.

Las diferencias no eran tan grandes. En ninguno de los mecanismos entraba el debate de la reforma judicial.. Pero a la vuelta del cuarto intermedio todo se complicó.

  • Desde la oposición dicen que Máximo Kirchner no aceptó la exclusión del tema de la reforma.
  • Desde el oficialismo y otros bloques minoritarios dicen que los halcones de la oposición plantearon condiciones que sabían que Massa no podría aceptar. Ponen en este grupo a los diputados Fernando Iglesias, Omar de Marchi y Jorge Enríquez y algunos en el recinto hablaron de que existió un llamado de Mauricio Macri desde el exterior.
  • El bloque de Lavagna también quemó las naves: se negó a participar de la sesión en modo presencial (como proponía Juntos por el Cambio) y de modo virtual (como finalmente lo ejecutó Massa y el Frente de Todos).

“No nos va a llevar Massa a patadas en el traste ni nos vamos a dejar arrastrar por los extremistas de Cambiemos”, rechazó Alejandro «Topo» Rodríguez, presidente del bloque de Lavagna. Desde ese espacio critican que Massa haya dilatado las negociaciones hasta último momento. «Su responsabilidad es hacer funcionar la Cámara», se quejan.

Cerca de Massa dicen que sostuvo el diálogo con todos los bloques de la oposición durante las ocho horas de labor y durante las casi 4 horas de sesión, y que le hizo 5 propuestas a Juntos por el Cambio sobre el Protocolo pero que la respuesta final fue negativa.

Eduardo «Bali» Bucca, que lidera el interbloque que une a lavagnistas, peronistas cordobeses, de Salta y socialistas, intentó hasta último momento generar un acuerdo. Siguió hasta la madrugada pero no lo logró.

Sectores más moderados de Juntos por el Cambio intentaron una propuesta superadora. Tampoco hubo éxito.

«El 55% de la Cámara no puede verse impedido de ejercer sus derechos por ese 45%. Creen que solo ellos puedan definir las formas, sin respetar ni mayorías ni minorías», dijeron finalmente desde el oficialismo. Plantearon que los diputados que quisieran podrían ir al recinto pero deberían conectarse al sistema «telemático» para dar quórum.

Juntos por el Cambio no aceptó loguearse al sistema, para no sentar precedente. Participó de la sesión en minoría pero la Presidencia no los reconoció para el quórum en un escenario inédito: los que estaban en el recinto figuraban como presentes y el quórum estaba conformado por los que estaban de manera remota.

La oposición criticó en minoría el funcionamiento de las sesiones remotas. El oficialismo defendió el accionar. Massa estaba visiblemente molesto. Cuando terminó el «debate por el debate», Juntos por el Cambio se fue del recinto y se debatieron los temas que se habían planteado para esa sesión.

Recién en ese momento, Massa se sacó el barbijo: «Ahora que el recinto está más libre, me lo puedo sacar», dijo. Minutos más tarde, cuando un diputado del oficialismo se extendía en su discurso también aprovechó para chicanear: «Tengo una paciencia infinita, sobre todo ahora que estoy escuchando discursos para hacer y resolver temas de la gente.

La tensión es cada vez más importante. Aunque los moderados de todos los espacios están intentando buscar reuniones para encontrar un camino intermedio que lime las diferencias.

¿Lo lograrán?

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