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Ajuste a la ciencia o la ciencia del ajuste

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“Nos prometieron el 1.5 por ciento del PBI pero nos recortaron millones, nos prometieron continuar con la política científica pero amenazan al CONICET”, así comienzan las declaración que cientos de científicos, aunados en #DefendamosLaCienciaArgentina, expresan por las redes sociales. Es que la lucha de la ciencia nacional ya lleva varios meses sin respuesta. Este año, gracias a que se aprobó el presupuesto 2017, desde el directorio del Conicet aseguraron que la cantidad de ingresantes a la carrera científica sufrirá una pérdida del 60 por ciento. De casi 950 nuevos investigadores, sòlo unos 400 pasarán a engrosar las filas de la ciencia nacional.

“El directorio trató los ingresos de este año y lamentablemente va a haber un 60 por ciento menos de ingresos a la carrera que en el año 2015”, afirmó la socióloga Dora Barrancos, integrante del directorio del Conicet, y explicó que es una “consecuencia de la regresión que significa una caída presupuestaria que supera el 30 por ciento. Lo veníamos diciendo desde que conocimos el proyecto de Presupuesto que elaboró el Poder Ejecutivo”.

Era un secreto a voces, ya el 27 de octubre pasado, miles de científicos, investigadores y estudiantes se habían movilizado al Congreso de la Nación para repudiar el 30 por ciento de recorte en el presupuesto de Ciencia y Tecnología. El año que viene, tal y como lo habían advertido, la cantidad de ingresantes será la más baja desde 2004.

En total, el área de ciencia y tecnología tendrá 15 mil millones de pesos de presupuesto, cuando debería estar en casi 17 mil millones para no tener un recorte real y desde los mismos centros de investigación afirman que “si el sector privado no genera una explosión de inversión en I+D que implique mayor empleabilidad de los científicos, el CONICET debería triplicar su planta de investigadores”.

El presidente del Conicet, Alejandro Ceccatto, aseguró en una entrevista a un medio rosarino que “el Ministerio solo protege un aspecto de la ciencia: las actividades que desarrolla, el presupuesto y las becas del CONICET y los cargos de investigador. Pero para definir políticas científicas se requiere de un Estado decidido a llevar adelante una política de soberanía tecnológica. Y en este marco nosotros no vemos que el MinCyT esté rodeado de jugadores que apunten a las mismas fichas”. Asimismo, afirmó que “vamos a tener algunas discontinuidades importantes en desarrollos estratégicos. Y no hablo sólo de CONICET sino de lo que hace que el país sea líder con un puñado de naciones, muy poquitas, que dominamos la tecnología espacial, nuclear y la biotecnología vegetal. Hay menos de diez países del mundo que dominan esas tres tecnologías y Argentina lo logró impulsado por el Estado. Lo mismo que la soberanía energética. Eso es lo que uno ve hoy y por eso uno vislumbra nubarrones en el futuro”, concluyó Alejandro Ceccatto.

En palabras de los propios científicos “el plan original era llegar al año 2020 con cinco científicos por cada mil habitantes de la población económicamente activa, meta que hoy requeriría el ingreso de más de 900 investigadores nuevos. El plan original era lograr cinco de cada mil, el plan actual es que busquemos trabajo en el exterior.”

¿Investigador?

La denominada “carrera del investigador” es la principal herramienta con la que cuenta el Estado para fomentar la dedicación exclusiva de los científicos, alentar el desarrollo de sus tareas y direccionar la investigación a las necesidades específicas de la Argentina. Durante el menemismo, los ingresos a la carrera fueron suspendidos y en el gobierno de la Alianza el “plan Caputo” estuvo a punto de eliminarla.

En el 2002 había solo unos 3.000 científicos en el CONICET y cerrado el ingreso a la carrera del investigador científico. Un año después se incorporaron cerca de 400 investigadores. En 2015, el número de investigadores del CONICET era de más de 9.000.

Para continuar con la política de “soberanía científica”, se creó el Plan Argentina Innovadora 2020, que define a la ciencia y la tecnología como política de Estado. El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva elaboró e implementó esta herramienta hace tres años, con uno de los enunciados que auguraba elevar la planta de científicos a 10.000 en 2015 y llegar a 15.000 en 2020. Meta extremadamente lejana si continúa esta política de ajuste.

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