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El Gobierno podría retrasar las negociaciones hasta finales de mayo y evitar el default

Alberto Fernández deslizó que los vencimientos de abril podrían prorrogarse 30 días más si no se cerró antes el acuerdo con los bonistas.

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El Gobierno podría retrasar las negociaciones hasta finales de mayo y evitar el default

El presidente Alberto Fernández dejó entrever que la reestructuración -que formalmente debería terminar el 31 de marzo- quede abierta un mes más. No sólo eso, sino que adelantó que llegado ese caso no pagará los vencimientos de deuda de ese mes y utilizará una prórroga de 30 días que contemplan las claúsulas de emisión para no caer en default.

«En abril había una serie de vencimientos, ahora también es cierto que sobre esos vencimientos podemos poner una prórroga de 30 días. Nos fijamos el 31 de marzo para darnos tiempo por si el cronograma se demoraba en algún momento, pero estamos muy tranquilos», admitió Fernández en una entrevista a FM Delta.

Concretamente, el mes próximo hay vencimientos de bonos por un total de u$s733 millones con el sector privado. Los primeros pagos corresponden a los títulos ley local que a priori podrían ser «reperfilados» a la fuerza.

De todas formas, Martín Guzmán aclaró que quiere un «trato igualitario» entre los emitidos localmente y los del exterior. En el mercado descuentan que Economía le ofrecerá la misma oferta a los títulos locales después de que cierre con los internacionales.

Sea como fuere, reperfilados o no, el 6 de abril deberían pagar unos u$s100 millones del Bonar 2020; y durante los últimos 10 días de ese mes otros u$s38 millones del Bonar 2025 y u$s92 millones del Bonar 2037.

Pero sobre finales del mes próximo caen los vencimientos «inamovibles» con los títulos ley extranjera. Estos, si no se pagan, no se pueden reperfilar y el Gobierno podría utilizar la prórroga de 30 días que permiten las condiciones de emisión.

En la lista están el Birard 2021 por u$s155 millones, el Birard 2026 por u$s244 millones y el que tiene vencimiento en 2046 por u$s105 millones.

Como el primer vencimiento de esta clase de títulos es el 22 de abril, los 30 días de «gracia» permitiría al equipo económico estirar un incumplimiento de pagos (y seguir negociando con los acreedores) hasta prácticamente finales de mayo.

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En mayo habría que cancelar u$s1.436 millones del Birard 2024 que es ley argentina y en junio corren los mayores mayores vencimientos de títulos con legislación extranjera por un total de u$s766 millones. Claro, para ese entonces o ya habrá acuerdo o default de la deuda. Pagar no se va a pagar.

Por otro lado, mientras que se sigue esperando cuáles serán los lineamientos, hay versiones acerca de que se demoraría el roadshow en el exterior por la pandemia del coronavirus. No se descarta que haya videoconferencia en lugar de ir a visitar a los acreedores, algo lógico teniendo en cuenta la magnitud de los acontecimientos.

Los bonistas esperan que la oferta oficial no sea tan agresiva como se descuenta. Las paridades de los títulos, o sea el precio actual por cada 100, están en el orden del 35% o 37%. Esto quiere decir que el mercado le asigna una alta probabilidad a que la quita sea superior al 60%.

Para valuar la oferta, no obstante, la clave pasará por la «tasa de descuento» o «exit yield» que se aplique. Esto es, cuál es el rendimiento de los bonos que el Gobierno entregará para canjear los que no quiere pagar. Claramente que el deterioro financiero del mundo, con la Argentina inmersa en eso, afecta y mucho.

Según Delphos Investment, los emisores high yield (o sea que pagan tasas altas, como la Argentina) que rendían en promedio un 5%, vieron incrementada su tasa entre 100 y 200 puntos en promedio.

«Asimismo, el primer impacto que tiene el cambio en el contexto global en la renegociación de la deuda se da sobre el «exit yield». Lo que antes nos parecía una tasa de salida razonable en valores del 9/10%, hoy cambió, y la respuesta de los bonistas frente a la propuesta del ministro, podría ser una exigencia de tasa de entre 11% y 12%. De este modo, el gobierno podría verse obligado a presentar una oferta más atractiva que la prevista», advierte Delphos.

La consultora agrega que si el gobierno «no piensa modificar su propuesta debido a los acontecimientos globales sucedidos en estos días, al menos debería modificar el calendario esperando que el panorama global se calme y podamos volver a trabajar con tasas de salida de un dígito».

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