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Las pruebas en su contra: Imputaron al marido de la enfermera asesinada en Longchamps

En las últimas horas, Gabriel Guevara fue notificado de la imputación en su contra. Se le realizará una extracción de sangre para cotejarlo con los restos de ADN que encontraron en las uñas de la enfermera asesinada en Longchamps.

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Imputaron al marido de la enfermera asesinada en Longchamps

Por más de que Gabriel Guevara siempre haya estado a disposición de la Justicia, la fiscal que investiga el crimen de Marcela Coronel, asesinada en su casa en la madrugada del lunes, no le cree. Es por eso que este viernes le mandó una notificación para informarle que pasaba a estar imputado por el homicidio de su mujer, la enfermera asesinada en Longchamps.

Esta imputación no derivó hasta el momento en una indagatoria, porque aún no hay pruebas suficientes en su contra pero sí es el principal sospechoso.

Por lo pronto, lo primero que se realizará es una extracción de sangre para cotejarla en la escena del crimen, en los elementos encontrados y también en el ADN que se encontró debajo de las uñas de la enfermera asesinada en Longchamps.

Una de los datos que tiene a favor Guevara es que tiene coartada, es decir que en el momento en que habría ocurrido el crimen se encontraba trabajando y además no presenta heridas ni signos en su cuerpo de sido lastimado durante una posible defensa.


Ropas y manchas de sangre que involucran al marido de la enfermera


Sin embargo, a la fiscal le llama poderosamente la atención las ropas encontradas que serían de Guevara. En la vivienda había dentro de un balde un short con manchas de sangre que el marido de Marcela reconoció como propio.

También había unas zapatillas de su talla. A 100 metros de la vivienda , los investigadores encontraron una bolsa con un jean y una remera del mismo talle que usa Guevara con muchas manchas de sangre, creen que es la ropa que habrían usado el o los homicidas para asesinar a la enfermera. Todas las prendas ya fueron enviadas a analizar.

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La fiscal, Marcela Juan, descartó que se haya tratado de un robo ya que ninguno de las puertas y portones de la vivienda fue forzado, es por eso que o la víctima le abrió a alguien que conocía o ingresaron a la casa con una llave propia.

Desde un primer momento, el marido de Marcela intentó instalar una versión sobre un posible ajuste de cuentas en su contra por una amenaza narco. Aseguró que en el lugar donde trabajaba, un centro de atención para hombre en situación de calle, se vendía droga en el baño y como él había «desbaratado» a la banda, lo habían amenazado de muerte.

Relación posesiva de la pareja de la enfermera asesinada

Las compañerasas y amigas de Marcela del Hospital Italiano donde trabajaba como enfermera desde hacía más de dos años también desconfían de Guevara.

Ellos lo conocieron ya que el hombre había trabajado como seguridad del hospital y señalaron que tenía una relación muy posesiva con Marcela y que la intentó aislar de su entorno.

La hora de la muerte que compromete al marido de la enfermera

Por la demora en la autopsia en el cuerpo de Marcela, la información a la que llegaron los forenses no es del todo concluyente. Ellos estimaron que la hora en la que la habrían asesinado fue entre las 5 y las 9 de la mañana. Sin embargo explicaron que ese estimativo podría variar ya que al estar el cuerpo envuelto en una frazada eso podría conservar el calor.


Es por eso que en los próximos días los investigadores realizarán un nuevo procedimiento para tener un acercamiento mayor a la hora exacta en la que la mataron. Se trata de la obtención del humor vítreo de los ojos, una masa gelatinosa que se haya en el globo del ojo entre el cristalino y la retina. La hora del crimen es un dato fundamental que puede complicar aún más a Guevara o beneficiarlo completamente ya que está comprobado que el hombre llegó a su lugar de trabajo a las 7 de la mañana.

Según la autopsia, se supo que Marcela fue atacada con el hacha que había en la vivienda y luego asfixiada con un doble mecanismo: con un lazo y de forma manual. Para la fiscal y los investigadores, es casi imposible que el crimen, el traslado del cuero al galpón y la limpieza del lugar haya estado en manos de una sola persona, por lo que sospechan que en el crimen participaron al menos dos

 

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