Científicos, estudiantes y docentes universitarios marcharon frente al Congreso de la Nación para reclamar por el recorte que sufriría esta área en el presupuesto 2017. Según informaron, pasaría de un 0,8 por ciento del PBI al 0,59 por ciento; es decir, que la cartera tendrá un retraso del 32,5 por ciento para el pago de sueldos y la ejecución de proyectos e investigaciones
Las federaciones estudiantiles (FUBA, FULP, FUC), centros de estudiantes, gremios docentes (CONADU y CONADU Histórica), científicos autoconvocados y representantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales se concentraron ayer frente al Congreso de la Nación para entregar un petitorio contra el recorte en Ciencia y Tecnología.
El doctor Fernando Stefani, vicedirector del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION) del Conicet, aseguró que el presupuesto en dólares del Ministerio en los últimos años “se fue incrementando gradualmente hasta 2014, desde donde comenzó a decrecer. En 2015 sufrió una leve caída. En 2016 la reducción llevó este presupuesto al nivel de 2012, y el presupuesto de 2017 apunta a reducir aún más este presupuesto, llevándolo al nivel inferior al de 2011”, destaca.
Por su parte, el director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE), Alberto Kornblihtt, denunció que el gobierno de Mauricio Macri «cierra programas nacionales de tecnología y abre las importaciones» y alertó con la posibilidad de que muchos jóvenes «se vayan» del país y afirmó que por más que hubo un anuncio de “un aumento de 1.100 millones de pesos para el INTA, la Comisión Nacional de Energía Atómica y para todo el Ministerio de Ciencia, es absolutamente insuficiente, ya que todavía faltarían 3 mil millones de pesos para estar al mismo nivel de este año».
Adrián Lutvak, presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) agregó que «toda la comunidad académica está sumamente preocupada y que la UBA se haya pronunciado contra el recorte es fruto de ello».
Asimismo, Roberto Salvarezza, investigador superior y ex presidente del Conicet, explicó que este accionar dificultará “continuar los proyectos en ejecución, se paralizarán o disminuirán las obras de infraestructura, y habrá un menor ingreso de jóvenes investigadores”.
La protesta que se vivió en la Ciudad de Buenos Aires se repitió en Bariloche, Córdoba, Mendoza y Tucumán, entre otros puntos del país.