Vecinos Autoconvocados en Defensa de Santa Catalina desarrollaron el día sábado una jornada de visitas guiada, mates y charlas informativas para concientizar sobre las consecuencias de la construcción de un muro que propone Ferrocarriles Argentinos S. A. para separar las vías que atraviesan el predio de Llavallol donde se encuentra la Reserva Natural Municipal.

En enero pasado, empleados de la empresa se acercaron al lugar para iniciar el proyecto, pero gracias a la negativa que impusieron los vecinos de la zona y los guardaparques, aún no se inició ninguna construcción.

“Nosotros estamos pidiendo que se haga el debido estudio de impacto ambiental que diga cómo va a afectar a la flora y a la fauna y también los pasos que va a tener esa obra”

Reclamó, Florencia Bazzan, vecina de Llavallol, en diálogo con el programa radial Política del Sur.

“No queremos el muro porque la reserva quedaría cortada totalmente a la mitad y no se buscó ninguna otra alternativa que fuera menos dañina”

El ramal que atraviesa el predio es el Temperley-Haedo y lo cruza por unos 800 metros.

Si bien la construcción de una separación entre las vías de tren se plantea con el objetivo de mayor seguridad y para evitar accidentes por el cruce peatonal, según Bazzan “no se justifica, no hay vandalismo contra el tren dentro de la reserva y son sólo cinco las familias que viven cercanas a la estación.” Generalmente, se aplica en zonas más urbanizadas.

 “que genere menos impacto, que sea más amigable con la reserva”. “Hay que considerar que la construcción también necesita del ingreso de maquinaria pesada que aplastaría toda la flora”

Las 650 hectáreas de Santa Catalina están bajo el resguardo de tres leyes que la consideran Patrimonio Histórico tanto para Nación como para Provincia, y como Reserva Natural, por lo cual no puede ser intervenida. Sin embargo, el Municipio de Lomas de Zamora aprobó la licitación para que la empresa Ferrocarriles Argentinos S. A. lleve adelante las obras con un muro de hormigón de 10 metros a cada lado de las vías.

En la reserva natural conviven alrededor de 1.600 especies entre plantas y animales, de los que se destacan los autóctonos de la región y especies nativas, cuyo paisaje natural se vería perjudicado cualquiera sea la estructura que se instale.