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Se desplomaron las inversiones extranjeras y se disparó la fuga de capitales

La desconfianza en el rumbo de la economía argentina se profundiza. En los primeros 4 meses del año la fuga de capitales fue de más de 7 mil millones de dólares.

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Se desplomaron las inversiones extranjeras y se disparó la fuga de capitales

A contramano del discurso de Cambiemos, las inversiones que llegaron al país durante la administración de Mauricio Macri se desplomaron año tras año, según publicó el propio Banco Central (BCRA).

En 40 meses de gobierno, la inversión extranjera directa (la que llega para invertir en la economía real y quedarse) promedió mensualmente U$S 217.

Los datos surgieron del Anexo Estadístico del Balance Cambiario, que el BCRA mencionó en Informe mensual de Evolución del Mercado Cambiario publicado ayer.

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A su vez, la autoridad monetaria también informó que la fuga de capitales durante el primer cuatrimestre fue de U$S 7.144 millones.

Desde diciembre de 2015, la salida de activos acumuló más de U$S 68.000 millones

Vale aclarar que la fuga de capitales no implica necesariamente que salieron del país o que lo hicieron de manera ilegal. Es considerada como fuga de capitales, por ejemplo, la remisión de utilidades que realizan las compañías multinacionales a sus casas matrices, retirar dólares del sistema financiero para guardarlos «bajo el colchón» o en una caja de seguridad y los pagos que realizan los turistas argentinos en el exterior, entre otras operatorias.

En tanto, la fuga de capitales, para un país como la Argentina con serias dificultades para obtener divisas y fomentar la inversión privada, tiene consecuencia muy nocivas. Más si se da en un contexto en el que las medidas para desalentarla no están dando resultados.

La política de muy altas tasas de interés del Banco Central conducido por Guido Sandleris debería desalentar la fuga de divisas del sistema financiero. La tasa de referencia por encima del 71%, récord a nivel mundial, debería funcionar como un incentivo para la venta de dólares y posicionarse en instrumentos en pesos. Sin embargo sucede lo contrario. El desarme de plazos fijos en peso le agrega presión al dólar. El factor miedo, por la desconfianza que genera el modelo económico, le está ganando a la tasa.

El tipo de cambio alto como el actual desincentiva la fuga vía turismo emisivo sin embargo al mismo tiempo el gobierno abrió una nueva vía de fuga al potenciar y alentar el desarrollo del denominado «puerta a puerta» para realizar compras en el exterior.

En el contexto actual la fuga de capitales funciona como la más patente demostración de la desconfianza en la economía local lo que redunda, una vez más, en la caída de las inversiones y profundización de la recesión.

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